Romance del conde Olinos

Romance del conde Olinos

Madrugaba el conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar: (...)
Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
-Mira hija, cómo canta
la sirenita del mar.
- Nos es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar:
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
- Si por tus amores pena
yo le mandare matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.
- No le mande, matar madre,
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos,
juntos nos han de enterrar!
- Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
El murió a la medianoche:
ella, a los gallos cantar.(...)
De ella nace un rosal blanco:
de le un espino alba.
Crece uno crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina llena de envidia,
ambos, los mando cortar; (...)
De ella naciera una gorza:
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan, par a par.